La fisioterapia utiliza múltiples técnicas para mejorar la movilidad y prevenir lesiones. Una de las herramientas más efectivas y accesibles es el estiramiento muscular. En este artículo exploramos qué son los estiramientos en fisioterapia, sus tipos, beneficios clínicos y cómo aplicarlos correctamente en pacientes.

¿Qué son los estiramientos musculares?
Los estiramientos musculares son movimientos voluntarios o asistidos que buscan colocar los músculos en su máxima trayectoria externa, separando sus puntos de origen e inserción ósea.
Este procedimiento terapéutico tiene como objetivos principales:
- Elongar los tejidos blandos
- Mejorar el rango de movimiento articular
- Aumentar la viscoelasticidad del tejido conjuntivo
En fisioterapia, su aplicación adecuada contribuye a la prevención de lesiones musculares, la recuperación post-esfuerzo y el mantenimiento de la movilidad articular, siempre considerando las indicaciones y contraindicaciones específicas para cada paciente.
Tipos de estiramientos en fisioterapia
Podemos distinguir principalmente tres tipos de estiramientos aplicados en el contexto clínico:
1. Estiramiento dinámico
El estiramiento dinámico consiste en movimientos activos que mejoran la flexibilidad y preparan al cuerpo para el esfuerzo físico. Se realizan mediante la contracción de los músculos antagonistas y deben ejecutarse de forma lenta, progresiva y controlada.
Duración: Entre 10 y 15 segundos.
Aplicación clínica: Ideal para antes del ejercicio o sesiones de tratamiento, ya que activa la circulación y mejora la coordinación neuromuscular.
2. Estiramiento estático
El estiramiento estático implica mantener una posición determinada (entre 20 y 30 segundos) con el objetivo de:
- Reducir la rigidez articular
- Proteger los tejidos blandos
- Mejorar la flexibilidad
No hay contracción muscular local, lo que lo convierte en una técnica segura y precisa para el paciente.
Dentro del estiramiento estático existen dos modalidades:
- Activo: el músculo se estira sin ayuda externa, utilizando únicamente la fuerza del propio cuerpo.
- Pasivo o asistido: se aplica una fuerza externa (por ejemplo, un fisioterapeuta o una banda elástica) para lograr una mayor amplitud de movimiento.
3. Estiramiento en tensión activa
Este tipo de estiramiento combina elongación muscular con una contracción isométrica o excéntrica, siendo muy útil para involucrar también los tendones.
Duración estimada: 6 segundos por ciclo.
El protocolo consta de 4 fases:
- Colocar el músculo en su recorrido externo máximo.
- Solicitar una contracción isométrica de 3 a 6 segundos.
- Relajar (el tiempo de relajación depende de la intensidad y duración de la contracción).
- Realizar el estiramiento nuevamente. Se puede repetir varias veces sin perder tensión.
Beneficios de los estiramientos en fisioterapia
Los estiramientos musculares son una técnica fundamental tanto en prevención como en rehabilitación. Entre sus beneficios principales se encuentran:
- Incremento de la flexibilidad articular
- Mejora del control neuromuscular y la coordinación
- Reducción del riesgo de lesiones musculares
- Favorecen la recuperación muscular post-ejercicio
- Incremento de la propiocepción y el control postural
Indicaciones y contraindicaciones
La aplicación de estiramientos debe adaptarse a cada caso clínico. El fisioterapeuta deberá evaluar previamente:
- El momento del tratamiento (fase aguda, subaguda, crónica)
- La patología y el estado funcional del paciente
- La tolerancia individual al dolor
- El objetivo terapéutico: prevención, mejora de movilidad o control neuromuscular
Algunas condiciones pueden requerir evitar o adaptar la técnica, como lesiones musculares agudas, inflamación activa o hipermovilidad articular.
Conclusión
Los estiramientos, correctamente aplicados, representan una herramienta clave en el abordaje fisioterapéutico. Conocer los tipos de estiramiento, su ejecución adecuada y las indicaciones clínicas permite al fisioterapeuta optimizar resultados terapéuticos y garantizar la seguridad del paciente.